G.D.ZonaR

cartografia - orientacion

Zona Ruteros
La Orientación, en sentido particular, es la que se ocupa de responder al problema de "hacia dónde" queda determinado lugar, ya sea un punto al que debemos ir, un punto que estamos viendo, o determinado punto cardinal. Es decir, se ocupa del problema de las direcciones.

1. Tipos de direcciones

Cuando hablamos de direcciones, estas pueden ser de tres tipos:

Geográfica o azimut: es el ángulo medido entre la dirección Norte verdadero y la dirección hacia el punto objetivo. Estas direcciones se sobrentienden trazadas sobre un círculo máximo, es decir que contienen al centro de la Tierra, y se denominan por este hecho direcciones ortodrómicas. De este modo la distancia es la mínima sobre la superficie del elipsoide. En principio no es posible determinar en forma sencilla el azimut, sino por cálculo a partir de las coordenadas geodésicas entre puntos.

Cartográfica: es el ángulo medido entre la dirección Norte de la carta y la línea recta que en la carta se dirije hacia el punto objetivo. Estas direcciones son muy afectadas por el tipo de proyección con que fue construida la carta. La proyección Mercator Ecuatorial se hizo famosa, y resolvió una vieja aspiración de la Humanidad, por que las direcciones trazadas bajo ella son tales que a lo largo de su recorrido el rumbo medido a brújula es constante. Se denominan por esa razón loxodrómicas. Se determinan midiéndolas con transportador sobre la carta.

Magnética o rumbo: es el ángulo medido a brújula entre la dirección al norte Magnético y la dirección al objetivo. Son afectadas por la declinación magnética, que depende de la posición sobre la Tierra. Se determinan en el terreno con la brújula.

Como acabamos de ver, las herramientas de que nos valemos para determinar las direcciones son el goniómetro o transportador para la dirección cartográfica, y la brújula para la dirección magnética. Hasta hace muy poco tiempo las direcciones verdaderas o geográficas, que son nuestro problema concreto (porque nos desplazamos sobre la Tierra real), se resolvían aproximadamente suponiéndola igual a la cartográfica si trabajamos con escalas grandes, es decir menores a 1:250 000. Ha de tenerse en cuenta que en la proyección Gauss-Kruger (y las Mercator transversas en general) la dirección cartográfica se aproxima al azimut en las cercanias de la línea automecoica (meridiano central). El azimut puede calcularse midiendo o bien con la brújula en el terreno o bien con el transportador en la carta, si hacemos la debida corrección por declinación y desviación magnética.

Sólo recientemente disponemos de lecturas reales y precisas de las direcciones geográficas, y es por medio del GPS. El GPS da direcciones ortodrómicas, es decir el camino más corto entre dos puntos. Una particularidad de estas es que dicha dirección va cambiando contínuamente al recorrer el itinerario (y por esa razón no puede recorrerse a brújula). Ese es tal vez uno de las prestaciones más resonantes del GPS para navegación. Antes de eso nos teníamos que contentar con recorrer las direcciones loxodrómicas, para las que sí se usa la brújula, pero el camino no era el más corto. Los aviones se veían forzados, hasta no hace mucho, a recorrer poligonales para tratar de aproximarse a una ortodrómica, o camino más corto.

2. Métodos de orientación

Las direcciones se determinan de diferentes modos, básicamente de dos tipos: instrumentales y no instrumentales.

2.1. Métodos instrumentales

Los instrumentos con que se cuenta son los siguientes:

Magnéticos: utilizando la brújula en el terreno, determinando direcciones magnéticas. Veremos el manejo de la brújula más adelante.
Geométricos: utilizando el goniómetro o transportador en la carta, determinando direcciones cartográficas.
Satelitales: utilizando el GPS en el terreno o en planificación, determinando direcciones geográficas.
Otros: escapan de nuestro interés, como los métodos inerciales que utilizan las aeronaves por medio de giróscopos, o los radiofaros.
2.1.1. Método clásico:

La manera clásica de orientarse con instrumentos en la naturaleza es combinando el uso de la carta y el transportador con la brújula. Se consigue así un modo de "traducir" lo que medimos en la carta, al terreno y viceversa. Básicamente consiste en lo siguiente:

De la carta al terreno:
a. Se traza una línea recta en la carta, uniendo el punto de partida (usualmente será nuestra posición) con el de destino deseado.
b. Se coloca encima el transportador con el centro sobre una intersección de la línea, o su prolongación, y un meridiano (línea cartográfica Norte-Sur).
c. Se gira el transportador hasta que el cero coincida con la dirección Norte del meridiano.
d. Se lee el valor angular que marca en el transportador la línea trazada originalmente. Este valor es aproximadamente el azimut, siendo el error despreciable si la escala de la carta es grande, es decir por ejemplo 1:50 000 o 1:100 000.
e. Se corrige dicha dirección sumando o restando la declinación magnética local, obteniéndose así el rumbo. Veremos esta operación más adelante.
f. Se "graba" dicha dirección en el limbo de la brújula, si es que se trata de un modelo que permite dejar el limbo (escala angular móvil giratoria) trabado en un valor del rumbo.
g. Se "cala" la brújula. Si es de aguja se hace coincidir el rumbo numérico de la escala 0º, o la letra N, con el Norte de la aguja. Si es de plato se espera que se equilibre y se busca con el sistema de puntería el valor del rumbo en la escala. Para estas operaciones la brújula debe estar en perfecto equilibrio y horizontal.
h. La flecha o eje de dirección de la brújula apunta entonces en la dirección a seguir.

Del terreno a la carta:

a. Se apunta con la brújula el punto de interés en el terreno.
b. Se lee el rumbo. Esta operación depende del típo de brújula. En las de aguja debemos hacer coincidir previo a la lectura el 0º (o la N) con el Norte de la aguja. En las de plato basta con leer el rumbo que marca el indicador.
c. Se convierte el rumbo a azimut por medio de la declinación local.
d. Se coloca el transportador en la carta sobre nuestra posición, si la conocemos, o bien sobre el punto objetivo al cual hemos apuntado. Luego se lo gira para que la dirección 0º - 180º coincida (o sea paralela) con un meridiano, o la 90º - 270º con un paralelo.
e. Se marca con un punto el sitio que marca el valor angular hallado en la escala del transportador.
f. Usando dicha marca, con una regla se la une con el punto centro del transportador, es decir el elegido en el inciso d.
g. Nuestro objetivo estará ahora sobre la línea trazada, en el sentido del punto objetivo si estamos centrados en nuestra posición, o viceversa. Podemos explorar dicha línea comparando lo que vemos bajo ella en la carta y lo que nos muestra el terreno.

2.1.2. Método GPS

Una nueva, y más eficiente, manera de orientarse con instrumentos en la naturaleza es con el navegador GPS, pudiendo combinarlo muy fácilmente con la carta y con la brújula. Hay diversas posibilidades: podemos volcar los puntos en la carta con las coordenadas del destino obtenidas de una visita previa al sitio o un dato, y luego pedir al GPS que navegue a dicho punto; o podemos simplemente caminar y pedir al GPS que nos muestre el valor de la dirección con la cual nos desplazamos. Esto se ve con detalle en los cursos.

De todos modos debemos enfatizar que un GPS no es un instrumento de orientación, sino de posición, y que las prestaciones que hace en orientación son meros cálculos basados en la posición. Este hecho hace que no reemplace al instrumento clásico de orientació, sino que lo complementa. Un verdadero profesional toma la información GPS, incluso navega con ella, pero sabe orientarse con brújula. Ello le permite apagar el aparato electrónico y ahorrar tiempo y energía. Además, en caso de falla o falta de energía del aparato electrónico, la brújula siempre seguirá funcionando.

2.2. Métodos no instrumentales

Cuando no contamos con los instrumentos específicos como los descriptos más arriba, ciertas improvisaciones y observaciones de la naturaleza permiten orientarse con cierta independencia. Hay dos tipos de método no instrumental.

Racionales: cuando existe un fundamento científico que garantiza precisión y exactitud de las medidas. Normalmente son métodos astronómicos. Los astros siempre han sido el método por excelencia de la orientación y la navegación, y los únicos disponibles para la posición. Incluso con GPS, la posición se realiza en base a "astros" artificiales, que son los satélites. Aquí veremos sólo los métodos más de campo, obviamente sin caer en el uso de astros donde se requieren instrumentos especiales, como en el caso de la náutica que utiliza sextantes, astrolabios y otros materiales.

Empíricos: cuando el sustento científico es más debil, o está enmascarado por muchas variable. Tal es el caso de las direcciones de crecimiento de plantas, vientos dominantes, orografía, etc.

2.2.1. Métodos racionales:

Sol y Luna

El método más rápido y simple (método corto) es el siguiente.

a. Se coloca un palo, bastón, lápiz o cualquier otro elemento con punta, a cierta altura sobre el terreno. No es necesario que esté vertical: puede colocarse horizontal sobre una roca, por ejemplo. También puede ser una roca puntuda. La condición es que proyecte su sombra contra una superficie bien lisa, plana y horizontal. Atención que deben cumplirse las tres condiciones: lisa no es lo mismo que plana (una piedra redonda puede ser lisa y no es plana), y plana no es lo mismo que horizontal (una pared puede ser plana pero no horizontal). Esa superficie podemos obtenerla colocando en el lugar una hoja de papel, un plato o una piedra laja, o bien alisar la tierra con la mano. No se requiere un tamaño mucho mayor al de la palma de la mano. Otra condición es que la sombra del extremo puntiagudo del objeto sea nítida. Eso se logra colocando el elemento a una distancia no muy grande del plano. Tampoco muy cerca, porque, como veremos, se requiere que la sombra "se mueva" cierta distancia a medida que se corre el sol o la luna por efecto de la rotación terrestre. Una buena distancia es de 1 a 1,5 metros.

b. Se hace una marca en el punto donde cae la sombra del extremo puntiagudo del objeto. Puede ser hecha a lápiz o simplemente clavando un palito o poniendo una piedrita.

c. Se espera a que la sombra se mueva por efecto de la rotación terrestre. Basta con unos cuantos centímetros. Para una altura de 1,5 metros, con 15 o 20 minutos es suficiente.

d. Se marca nuevamente sobre el plano la punta de la sombra.

e. Se traza una línea entre ambas marcas. Esta es la línea Este-Oeste. El extremo de la línea que está en la primera marca es el Oeste (W). Esto es así en cualquier hemisferio, cualquier hora del día y cualquier época del año, aunque es más sensible en latitudes bajas, cerca del mediodía y en verano. Estas sensibilidades se compensan mucho si tenemos la precaución de estar cerca del mediodía, es decir, si estamos en latitudes altas (Hielo Patagónico), es más importante hacer la medición a pleno día, evitando la mañana temprano o el atardecer. Este método funciona bien con la luna, y casi no es sensible a la latitud ni a la época del año, pero es mejor hacerlo con luna alta sobre el horizonte.

El otro método (método largo) es mucho más preciso. Tanto que nos permite calcular la declinación magnética del lugar, y si lo aplicamos con el sol (no con la luna) nos da información muy útil para calcular la latitud y la longitud con unas formulitas muy sencillas (cuentas de sumar y restar) usando dos tablas que podemos llevar fotocopiadas en una billetera. La precisión, lógicamente no es la de un GPS, sino de unos 2 a 5 kilómetros. Tanto el método largo como estas técnicas adicionales no las desarrollaremos en este resumen (se enseñan en los cursos).

Con la luna hay un método rápido y grosero basado en las fases. La luna creciente tiene su "panza" apuntando al W, y la luna menguante tiene su "panza" apuntando al Este. La luna es Creciente (hemisferio sur) cuando tiene forma de C, y menguante (Decreciente) cuando tiene forma de D.

Hora solar

En realidad es una variante del uso del sol. Es bastante conocido como método del reloj, y muy difundido. El problema es que no está tan difundida la pobrísima precisión que puede dar en algunos casos. Por eso, aquí nos limitaremos a describirlo más que nada para desaconsejarlo que para aconsejarlo. El modo que describimos es el que los libros citan para el hemisferio sur. Esto es también inexacto: sólo funciona para las regiones subtropicales del hemisferio sur, para las tropicales sur funciona con menos precisión y sólo entre el equinoccio de marzo al de septiembre.

Nosotros le hemos llamado método de la hora solar, y no del reloj, porque puede hacerse también sin reloj. Basta para ello dibujar el reloj y sus manecillas en el suelo o en un papel. Algunas fuentes poco inteligentes declaran que sólo puede hacerse con relojes analógicos (de agujas) y no con digitales, cuando en realidad es muy fácil dibujar el reloj si se sabe la hora. La otra razón de ponerle hora solar, y no simplemente hora, es porque en rigor el método funciona con la hora solar (mediodía en el momento donde culmina el sol) y no con la hora civil (mediodía a las 12:00).

a. Se coloca el reloj (real o dibujado) con su esfera horizontal y con el 12 apuntando al sol. Esto se logra poniendo un palo vertical sobre el 12 y girando el conjunto hasta que la sombra caiga en el 6.
b. La bisectriz entre el 12 y la manecilla chica señala el Norte.

En la medida que en el país el mediodía solar no sea a las 12 (en el Oeste de Argentina es en promedio a las 13:40, cambiando ligeramente durante el año, más en noviembre y febrero) este método nos dará un error de aproximadamente 7º por cada hora de diferencia. Esto era más notable en las épocas que Argentina usaba horario diferente en verano. En este caso en la montaña mendocina el mediodía solar se producía casi a las 15 horas en noviembre!. Otra observación es que el método supone que el sol sale a las 6:00 y se pone a las 18:00, lo cual aparte de no ser cierto por la diferencia de hora civil y hora solar, sólo ocurre en los equinoccios.

En resumen: debemos llevar brújula, o bien orientarnos con la sombra y el sol. O con las estrellas.

Estrellas

En el hemisferio Norte hay una estrella, la estrella Polar, que está casi exactamente en el polo Norte celeste, aunque es muy poco brillante. Los polos celestes son los puntos del cielo (la palabra celeste proviene de cielo) donde se proyecta el eje de rotación terrestre (el punto alrededor del cual gira el firmamento). En la vertical, perpendicular al horizonte, a partir del polo celeste está el punto cardinal, Norte o Sur.

En el Hemisferio Sur no tenemos ningún astro en el polo Sur celeste, entonces tenemos que hacer una construcción geométrica con las constelaciones. Para ello nos valemos de la constelación Crux (Cruz del Sur), que es una constelación de 5 estrellas visible en el hemisferio sur, del siguiente modo:

a. Imaginamos una cruz inscripta entre las cuatro estrellas más brillantes de Crux.
b. Prolongamos la longitud mayor de la cruz, en el sentido del brazo mayor (que es el extremo de la estrella más brillante) 4.5 veces, y del punto resultante 1 vez más perpendicularmente hacia la derecha. Es importante que se entienda bien esto último: perpendicularmente a la dirección anterior (de las 4.5 veces) y a la derecha de dicha dirección anterior. La forma final es la de una L al revés (es decir como una J recta). Este segundo segmento más corto, dependiendo de la posición de la cruz podrá caer a nuestra derecha o a nuestra izquierda, arriba o abajo. El punto final así obtenido es el polo Sur celeste.
c. Bajando una perpendicular al horizonte desde el polo Sur celeste obtenido, nos da la dirección Sur.

Otro modo de ubicar el polo Sur celeste es el punto que está a mitad de distancia entre la estrella Achernar y Beta Centauro. Otro método conocido, que es el del Puñal de Orión, no es muy preciso en el hemisferio Sur.

2.2.2. Métodos empíricos:

Estos métodos deberían caer fuera de los que utiliza un aventurero serio. Son muy poco exactos y algunos de ellos no siempre funcionan. El lado de las rocas que crece el musgo, la orientación de las puntas de las coníferas, y varios más son algunos de los que se leen en algunos libros, y que no nos interesan. Otros son sólo de validez local, como las direcciones de los valles o de los cordones montañosos, o la dirección de los vientos dominantes.

Sólo citaremos aquí dos métodos, por ser muy interesantes también como una enseñanza ambiental.

Jarilla

La jarilla es una planta típica de las estepas montañosas y desiertos del pie de los Andes. Existen tres especies: Larrea divaricata, Larrea nitida y Larrea cuneifolia, que se dan dependiendo de las condiciones edáficas del suelo. Se diferencian muy fácilmente por la forma de las hoja: L. divaricata tiene dos foliolos de forma ahusada dispuestos en forma simétrica casi en ángulo recto; L. nitida tiene muchos foliolos soldados entre si en una especie de palmita de helecho, muy pegajosa al tacto; L. cuneifolia, como su nombre lo indica, tiene un solo foliolo en forma de cuña, o de punta de lanza. Esta última se presenta en agrupaciones de gran cantidad de foliolos, con forma de una palma que se orienta con mucha precisión en la dirección Norte-Sur. La especie conocida como Jarilla Macho (Zucagnia punctata) no es útil para este cometido.

Nieve

Cuando ocurre una nevada tenue, o una nevada de media estación, al salir el sol al día siguiente se funde la nieve de las laderas solanas y sólo queda nieve en las umbrías. Esto puede dar una idea general de la dirección del trópico, es decir el Norte en el invierno austral en el hemisferio Sur, y el Sur en el invierno boreal en el hemisferio Norte.

3. Declinación magnética

La declinación magnética (DM) en un punto es la diferencia existente entre la dirección cartográfica y la magnética en ese punto. Esta se debe a que los polos magnéticos no coinciden con los geográficos (ni con los de los meridianos de la carta). Además no son antípodas (no están exactamente opuestos ambos polos magnéticos) y se mueven lentamente en forma errática. Por ello la DM varía lentamente con el tiempo. Actualmente, en Mendoza, disminuye unos 6' anuales.

El conocimiento de la DM es importante porque permite convertir rumbos magnéticos en direcciones cartográficas y viceversa, y así trabajar con la carta y la brújula. Hay tres métodos para medir la DM de un lugar.

La DM puede ser al E o al W. En Argentina la DM es E al sur y oeste de una línea oblicua que va desde los Andes catamarqueños a Bahía Blanca,y W al N y E de dicha línea. En Mendoza vale unos 4ºE y en Buenos Aires unos 2° al W. Las transformaciones se hacen, si la DM es E, sumando la DM a los rumbos y restándola a los azimutes; y si la DM es W, al revés.

3.1. Método histórico

Es el más conocido pero menos preciso. Consiste en actualizar la DM informada en una carta, multiplicando la cantidad de años transcurridos desde la edición de la carta, por la variación anual de la DM, también declarada en la carta. Esta cantidad se resta o suma a la DM original, según la DM disminuya o aumente con el tiempo. Este método tiene el error de suponer una variación uniforme todos los años, lo cual no es cierto. De todos modos da un valos aceptable para cartas de no más de 10 años de antigüedad.

3.2. Método referencial

Se requiere identificar en la carta dos elementos: la posición actual y, o bien otro punto que sea visible desde la posición actual, o bien una línea física recta que pase por la posición actual (un camino, por ejemplo). Se realizan las siguientes operaciones:

a. Se toma a brújula el rumbo al punto visible, o bien el de la línea, referidos en el texto anterior.
b. Se traza una línea en la carta entre el punto de la posición actual y el otro punto, o bien se prolonga la línea física cuyo rumbo hemos medido.
c. Se mide con el transportador la dirección cartográfica de dicha línea.
d. La diferencia entre ambos ángulos es la DM. Será Este si la magnética es menor a la cartográfica, y viceversa.

Este método es muy sencillo y preciso, pero su exactitud depende de la calidad de construcción de la carta y de la calidad de la brújula.

3.3. Método astronómico

Requiere determinar el Norte (o el Sur) con la culminación de un astro, y tomar en esa dirección el rumbo a brújula. La diferencia con 0º si es el Norte o con 180º si es el Sur, es la DM, E si es menor a 360º usando el N o a 180º usando el S, y W si es mayor que 0º usando el N o de 180º usando el S.

Para determinar la culminación del astro (la hora de la misma) hay que realizar cálculos basados en almanaques náuticos o en sitios web que den esa información. La hora de culminación del sol puede determinarse con relativa facilidad con el método solar largo citado más arriba, o con el programa Excel incluido en este sitio web.

Es el método más preciso para determinr la DM, y depende sólo de la precisión de la brújula.

4. Orientación y posición astronómica

Aparte de los métodos no instrumentales racionales ya vistos (astronómicos), es posible utilizar los astros para muchas cosas más, muy útiles y muy interesantes. Por ejemplo, podemos calcular la duración del día en determinado lugar y fecha, la hora de salida y puesta del sol y su rumbo (que no es el E y el W como se cree, eso sólo ocurre en los equinoccios o en el Ecuador), también calcular las coordenadas geográficas, etc. Cálculos similares pueden hacerse también con las estrellas. Pero no vamos a entrar en detalle sobre todo esto en este resumen.

5. Navegación terrestre

Navegar significa desplazarse sin perder el conocimiento de la propia posición ni del objetivo, o poseyendo recursos para conocerlas en cualquier momento. Los dos tipos principales de navegación son: la travesía, en la que normalmente no regresaremos al punto de partida; y la exploración, en la que siempre se vuelve al punto de partida, como por ejemplo ir a recoger leña o a buscar agua o a ascender una cumbre, desde el campamento.

Operaciones con las direcciones

Determinación de una dirección: Un ángulo de dirección puede determinarse en la carta con un transportador, un rumbo puede determinarse en el terreno con una brújula, y ambos pueden obtenerse también por información externa (relatos, informes, por un medio de comunicación, etc.).

Materialización de una dirección: Los rumbos usualmente se apuntan en el terreno con una brújula y se busca en su dirección alguna referencia (ver punto 2 más abajo).

Automatización de una dirección: Tanto los ángulos de dirección sobre la carta como los rumbos en el terreno se pueden dejar fijos en algunos modelos de brújula, lo cual permite reproducirlos rápidamente sin necesidad de recordar su valor numérico.

Corrección magnética de direcciones: Para pasar entre un ángulo de dirección en la carta y el rumbo correspondiente en el terreno, se debe sumar o restar la declinación magnética. Si esta es de signo Este, a la brújula se le suma y a la carta se le resta, y viceversa para signo Oeste.

Referencias

Las referencia que se toman para materializar un rumbo pueden ser de varios tipos:

Referencias directas: son las que se hallan sobre la dirección del rumbo, ya sea hacia delante o hacia atrás.
Referencias indirectas: son las que se hallan fuera de la dirección del rumbo, y sólo son útiles si se cuenta con cartografía donde se represente el punto de referencia y el objetivo.

Referencias directas cercanas: son las que se hallan sobre la dirección del rumbo pero antes del objetivo. Tiene la ventaja de poder navegarse hacia ella por cualquier recorrido, permitiendo por lo tanto desvíos, pero tiene la desventaja que una vez alcanzada debe tomarse otra referencia.

Referencias directas lejanas: son las que se hallan sobre la dirección del rumbo y más allá del objetivo, pero son alcanzables si uno se lo propone. Tienen la ventaja de ser definitivas (no se necesita cambiar de referencia como en las cercanas), pero si llega a ocurrir un desvío debemos retomar el rumbo volviendo a medirlo con el mismo valor hacia la referencia.

Referencias directas remotas: son las que se hallan sobre la dirección del rumbo y mucho más allá del objetivo, y no son alcanzables. Tienen la ventaja de ser definitivas (no se necesita cambiar de referencia como en las cercanas), pero si llega a ocurrir un desvío no hay modo de retomar el rumbo, pues a pesar del desvío la referencia sigue estando en el mismo rumbo. Es el caso de montañas muy lejanas y de estrellas.

Referencias retrógradas: son tomadas hacia atrás con el contrarrumbo (sumando o restando 180° al rumbo).

Patrones geométricos básicos de navegación

Navegación rectilínea: Al alejarse de un punto se debe tomar el rumbo y no apartarse de él, midiendo la distania del desplazamiento o cronometrándolo. Para regresar se debe tomar el contrarrumbo y desplazarse la misma distancia o tiempo medidos. Es típica para alejarse de un campamento para buscar agua al río.

Navegación sesgada: Al alejarse de una línea (un camino, un alambrado, una costa) en el cual se ha dejado un punto al que se desea volver (un vehículo estacionado, una tranquera, una embarcación atracada) se debe tomar el rumbo y no apartarse de él, midiendo la distania del desplazamiento o cronometrándolo. Para regresar se debe sumar o restar al contrarrumbo intencionalmente un ángulo de desvío de 10 o 20° y desplazarse lor él la misma distancia o tiempo medidos. Al llegar a la línea, debemos seguir sobre ella hacia la derecha si hemos restado el ángulo de desvío, o hacia la izquierda si lo hemos sumado, hasta alcanzar el punto buscado.

Navegación poligonal: Al retirarse de un punto a hacer una exploración (por ejemplo, recoger leña) se debe tomar un rumbo y desplazarse sobre él midiendo la distancia (con pasos) o cronometrando. Al hacer cada cambio de rumbo se anota este y el tiempo o distancia recorridos sobre el mismo. Al finalizar la exploració, el modo de regresar al punto inicial es el siguiente: dibujar en un papel cuadriculado una poligonal partiendo desde un punto del papel. Las direcciones de la poligonal se trazan con un transportador (o el limbo móvil de la brújula) y sus lados se dibujan con una longitud proporcional a la distancia medida o al tiempo cronometrado. Así se van enlazando los tramos una a uno. Para regresar basta con unir el punto final con el inicial, medir el rumbo con el transportador, y medir el largo del camino con la escala adoptada. Se regresa desplazándose por dicho rumbo el mismo tiempo o distancia medidos.

Navegación referencial: Tiene la ventaja que no requiere mantener ningún rumbo. Se toman desde la posición de partida sendos rumbos a dos referencias visible en el terreno. Tras recorrer libremente la zona, el modo de regresar es desplazarse tratando de reproducir los rumbos a los puntos seleccionados.

Navegación clásica con y sin cartografía

Los tramos de navegación, cualquiera sea el patrón adoptado, se hacen normalmente siguiendo o controlando a brújula el rumbo, y valiéndose de referencias, determinando periódicamente la posición con intersección inversa o simplemente reconociendo en el terreno los objetos representados en la carta. Actualmente todo ese proceso se reemplaza o simplifica muchísimo con el uso de los navegadores satelitales.

Sorteo, rodeo y encuentro

Al hallarse obstáculos se deben rodear estos, ya sea contando pasos o cronometrando el desvío lateral (perpendicular al rumbo inicial) para luego desandarlo del otro lado del obstáculo, o efectuando un desvío angular antes del obstáculo, cronometrando la marcha desviada, para luego volver a desviarse el mismo ángulo para el otro lado del rumbo original, la misma cantidad de tiempo o distancia del primer desvío. De ese modo se recorren los lados iguales de un triángulo isosceles, siuendo la base un segmento del rumbo inicial.

Para encontrarse dos grupos en medio del campo es necesario coordinar direcciones de marcha convergentes.

Misceláneas

En nuestros cursos vemos varios temas más de navegación, que por su alta especificidad y contenido práctico no desarrollaremos aquí. Son los siguientes:

Cálculo y estima práctica de distancias, altura de objetos y desplazamientos, ya sea de tramos recorridos como no recorridos. Usualmente se hace empleando la brújula y sencillas reglas trigonométricas fáciles de resolver mentalmente o con lápiz y papel.

Resolución de laberintos: el autor ha desarrollado un algoritmo lógico que permite recorrer en su totalidad cualquier laberinto (los caminos tortuosos de un parque, una caverna con múltiples galerías, las calles irregulares de una ciudad antigua, etc.). Se hace marcando (con una tiza, por ejemplo) los tramos y cruces, los cuales se van numerando y literando. El método permite regresar en cualquier momento a la entrada del laberinto, por el camino más directo. También permite hacer un modelo topológico del laberinto.

Trazado de polígonos en el terreno. Con brújula es posible trazar cuadrados, triángulos equiláteros, y diversas figuras geométricas en el terreno, ya sea para parcelarlo, hacer un triangulo de hogueras, trazar cortafugos, sectorizar una búsqueda, etc.

Información obtenida de http://www.aventurarse.com